
Tras un trabajo tan completo como
Tu labio superior (2008) donde Christina Ronsenvinge daba un paso de madurez tanto musical como compositiva , tenia un gran interés por escuchar la continuación con
La Joven Dolores.
11 canciones surgidas en su retiro de la Isla de Formentera donde encontraría la inspiración en parte a relatos bíblicos y mitológicos y en parte a sus inquietudes del amor, desamor o sexo.
Suenan los primeros acordes de
Canción de Eco y esa guitarra nos recuerda al mismísimo Leonard Cohen, sin duda a la primera escucha estamos ante una de las mejores canciones de su discografia, un tema largo, (quizás algo influida por su acercamiento musical a Nacho Vegas) aunque no exenta de una melodía, con una letra literaria en base a la mitología griega, un lujo de tema.
La mitología clásica continua con
Eva enamorada, donde relata con su particular punto de vista la historia de Adán y Eva y la contrariedad de ésta aceptar las ordenes de un Dios.
El folk esta presente en el disco con temas como
Tu sombra, otra de las mejores composiciones del álbum con guiños al country, para narrar una historia con tintes de violencia de genero.
Canciones más pegadizas y melódicas, pop de calidad en
Mi vida bajo el agua, tema presentación del álbum, esta vez en base a la leyenda de las sirenas y sus encantos, la rotura amorosa en
Weekend,
La idiota en mi mayor (dueto con el francés Benjamín Biolay), y un canto a la nostalgia de su niñez en
Jorge y YoOtra de las canciones que destaco es
La noche del incendio un paseo musical, en el que el piano y la voz de Christina se mezclan maravillosamente para que el disco vuelva a dar otro salto de calidad.
Christina Rosenvinge se reivindica en un mundo de hombres, mostrando su faceta de tocar varios instrumentos, componer sus propias canciones e interpretarlas con esa voz tan particular.