lunes, 22 de noviembre de 2010

Canciones en ruinas que calan


Con que poquito un disco te puede llegar a tocar muy adentro (guitarras acústicas, violines, mandolinas acordeón) un trabajo acústico (producido por Suso Sainz) que me recuerda la misma sencillez en los arreglos como el Kamikazes Enamorados de Quique González.
En tiempos donde la gente se pone música en vez de escucharla, nos encontramos con estas Canciones en ruinas que requiere un esfuerzo para digerirlo como se merece, ya la portada (realizada por él mismo) llena de melancolía y oscuridad es una muestra de lo que nos encontraremos en las melodías, acompañados con largos textos que son pura poesía a los que se les da un gran protagonismo, y cantando con la gravedad de su voz al más puro estilo Tom Waits.
El disco gestado en la isla de Menorca en un pequeño teatro y en pocos días recreó ese ambiente intimista donde se fueron improvisando canciones como Otra tarde, Ingravidez o Donde palpitan las cosas.
El disco se cierra con una adaptación a una canción de The Smiths (Morrissey siempre fue una referencia ya desde la época de Duncan Dhu) bajo el título Vuelve un poco de lo que perdi.
Con este último trabajo el donostiarra completa una trilogía con este sonido tan particular que empezara con Canciones de amor desafinado y Los abismos cotidianos.

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