Se había hecho larga la espera del concierto de Loquillo en el Teatro Calderón de Valladolid, tras un primer aplazamiento debido al accidente domestico que sufrió Jaime Stinus...pero la espera ha merecido la pena.
Los allí asistentes pudimos disfrutar de esta gira A Solas donde José Mª Sanz Loquillo presenta su último trabajo Su nombre era el de todas las mujeres, dejando a un lado su cazadora de cuero que le ha encumbrado a ser una leyenda del rock por otro personaje vestido de elegante traje negro.
Las expectativas eran buenas, me interesaban esos discos de poemas musicalizados que ha realizado en su carrera, a saber, Con elegancia, La vida por delante o este último trabajo enfocado en la poesía contemporánea de Luis Alberto de Cuenca. De igual modo que esos proyectos que se alejaban de sus sonoridades habituales como el clásico y culto Nueve tragos, el valiente y reinvidicativo Mujeres en pie de guerra o el reciente muy bien aceptado por la critica, Balmoral.
Durante casi dos horas que duro el show la poesía de Gil de Biedma, Jacques Brel, Cesare Pavese, Benedetti entre otros se vestía de rock, folk, swing o Country.
Vimos a un Loco muy hablador presentando la autoría de los textos, interpretando y gesticulando cada canción, claro ejemplos fueron No volveré a ser joven, la emocionante El año que mataron a Salvador o La mala reputación que animó bastante al público. Y otros momentos a destacar fue la coreada adaptación de El hombre de Negro perteneciente a Johnny Cash (a pesar de que cierta emisora de radioformula parecia desconocer) Caray de Jaime Urrutia, con cigarro y vaso en mano que parece estar hecha para él, La vida es de los que arriesgan, cantándola con gafas de ver desde un atril sin ningún reparo, cosas de tener “una edad indeterminada”, Con elegancia que la cantó fuera del escenario para sentirse más cerca del publico, que así lo agradeció.
Claro que también tiene una banda que le respalda perfectamente, donde destacan Josu García (miembro de La tercera republica) en las guitarras, la sorpréndente Julia de Castro al violín o el que engrasa el motor para que la máquina este a punto, el gran Jaime Stinus
Uno salió del teatro bastante satisfecho, tal vez echando en falta no haber escuchado Cruzando el paraíso que si ha dejado caer durante la gira. Aunque el repertorio no hay nada que achacarle sigue un orden llevado adecuadamente a cada momento.
Loquillo sigue adelante dispuesto a no quedarse paralizado, su próximo proyecto se anuncia como una vuelta al rock de garaje en compañía de Sabino Méndez e Igor Pascual entre otros. Mientras llega esa nueva etapa esperemos que se edite en forma de disco en directo esta última gira de poesía y rock.
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