El viaje emocional de Coque Malla

Los riffs stonianos que aparecían en La Hora de los Gigantes dejan paso a armonías más reposadas y sencillas. La instrumentación acústica se acompaña con arreglos de cuerda que enriquecen cada unos de los temas. Y los textos toman un mayor protagonismo evidenciándose un claro intimismo.
Nueve canciones que fueron naciendo y formándose durante su anterior gira en estrecha colaboración con Nico Nieto, siguen un guión que parece contar una historia muy personal, formando un conjunto sin que suenen aisladas ni desentonen en el álbum.
Destacan canciones como Despierta, tal vez el mejor tema que refleja muy bien el espíritu del álbum, con arreglos de cuerda y una melodía que suena a banda sonora de película.
Lo intenta a ritmo de vals, voz y música se conjugan emocionalmente, el final de la canción esconde un relato, recitado en una voz femenina.
Despierto envuelta en una melodía frágil a punto de romperse que va "in crescendo" ("Todavía estoy despierto haciendo cosas que no quiero no debería estar aquí pero no se donde salir")
Temonuclear que da titulo al disco, esta escrita a medias con Iván Ferreiro ("Cada primavera no es igual, guarda las semillas y protégete el invierto, todo va empezar")
La Carta donde Coque Malla se muestra enfurecido, recitando más que cantando ("Ha caído ya el telón y no me queda munición, sólo una extraña sensación de haber perdido el tiempo hurgando en tu cajón y llamando tu atención")
El Barco, palabras llenas de reproches y preguntas ("No hacia falta la mala educación, decir adiós hubiese bastado, has arreglado mal lo que no estaba estropeado")
Termonuclear no es un disco fácil de escuchar como lo era La hora de los Gigantes, éste requiere una mayor atención para acompañar a Coque Malla en su “viaje emocional”... y no vaís a arrepentiros, porque con este segundo trabajo, Coque demuestra que es uno de los músicos más en forma del panorama actual.