Amaral da un pasito hacia lo salvaje

Lo más fácil cuando se trata de un grupo de éxito es acomodarse, pues las ventas son seguras independientemente de la calidad del álbum pero en el caso de Amaral hay que agradecerles su continua búsqueda de nuevos sonidos, su evolución y empeño de hacer buenas canciones para reinventarse, huyendo de todo tipo de conformismo.
Hacia lo salvaje es su sexto disco, y desde Estrella de mar quizás nos encontramos con su disco más redondo (y mejor producido, mucha culpa de ello tiene Juan de Dios). No es que nos hallemos con un cambio radical del sonido, el sello inconfundible de la banda sigue muy presente pero hay sorpresas agradables.
Los riffs de guitarra que nos habían anunciado se va sucediendo desde la apertura del disco con Hacia lo salvaje, el single con una letra enfocada en la naturaleza y la supervivencia con un estupendo estribillo y las percusiones tomando protagonismo.
También suenan con fuerza las guitarras en Montaña rusa, Esperando un resplandor (reproches y rebeldía) o Antártida (toda una exhibición de pop), son de lo mejor que han hecho hasta ahora y a buen seguro se convertirán en fijos en su repertorio
Eva y Juan llevan escuchando folk últimamente y en este trabajo ha quedado reflejado y de forma brillante en la intimista Olvido o Si las calles pudiesen hablar.
La pausa llega en forma de baladas en las que las guitarras acústicas se convierten en actores principales en canciones como Riazor (el lado más nostálgico de Eva) o Robin Hood que narra la historia de un héroe de barrio.
A mitad del disco hay que prestar atención a la brillante, Cuando suba la marea, tiene todo para convertirse en clásico. El dolor de enfrentarse a la realidad (“Ahora sé que nunca he sido tu princesa, que no es azul la sangre de mis venas”) al son de un elegante ritmo de guitarras acústicas, percusión y armónica.
La enésima demostración de lo que Eva es capaz de hacer con sus cuerdas vocales tiene en Hoy es el principio del final otro ejemplo de la amplia variedad de registros con los que cuenta.
Los acontecimientos del 15 M estuvieron muy presentes en la grabación (al encontrarse los estudios cerca de la puerta del Sol) Como un martillo en la pared y Van como locos están salpicadas de esos atisbos de revolución.
En la edición deluxe se incluye un CD con los mismos temas grabados en su formato acústico, y que nos muestra la desnudez con la que nacieron los temas.