lunes, 2 de abril de 2012

Latidos y Mordiscos...Huelga decirlo



Alejados de los principios socialrevolucionarios ácratas, los españoles del siglo XXI acuden con cierta, normalidad democrática, llamémoslo así, a la huelga general. Normalidad que se plasma en el momento en que esquiroles y piquetes se reúnen en un bar para tomar unas cañas y dar por concluida la lucha obrera del año. Curioso. Más curioso que esto de que las actuales huelgas generales, aunque de generales tengan poco (recuerdo aquella del 88 en que ni las plantas rodadoras hicieron presencia, pues la naturaleza no tiene servicios mínimos), es esta confusión lingüístico-jurídica del derecho al trabajo. ¿Derecho al trabajo? ¿Qué [vale por el taco que queráis] es eso del derecho al trabajo? Fue Joseph Goebbels, maligno y deforme padre de la propaganda moderna (y padre putativo de muchos medios de comunicación actuales) el que afirmó que una mentira repetida 1000… se convertía en una verdad. Esa mentira es el derecho al trabajo. En un Estado de derecho, es decir, aquel en el que todos los ciudadanos estén supeditados a unas leyes que les aseguran los mismos derechos y deberes –algo harto exagerado en la monarquía de Juan Carlos I- existe el derecho a la huelga. Ello supone que uno tiene derecho a hacer huelga, o no hacerla e ir a trabajar como si de un día normal se tratase. Sin embargo, no existe el derecho al trabajo. El derecho a la huelga, como lo es el derecho al aborto, no presupone su realización por el sujeto, sino que éste, simple y llanamente, puede optar a ello. Por tanto, ni el derecho a la huelga obliga a ello (por eso es un derecho y no una obligación) ni el aborto exige que todas las mujeres aborten. Pero no nos vengan con milongas, no existe ni el derecho a la vida ni el derecho al trabajo. El derecho a la vida es el tercero de los artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que desde el año de su aprobación, 1948, Estados como China, Irán… o EEUU se obstinan en no respetar. El derecho al trabajo, es un derecho que reconoce la Constitución de 1978, y que desde ese año se incumple sistemáticamente. A las puertas de los 6 millones de parados, es curioso que los voceros de la derecha se obstinen en crear el derecho al trabajo cuando hay jornada de huelga. ¿Dónde estáis los 365 días restantes del año? (pues este año es bisiesto y esto no es una de sus mentiras repetidas 1000 veces, ¿o sí?).

autor Azañas.

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