M Clan comienza una nueva etapa tras reinventarse una vez más, ahora la banda tiene dos únicas cabezas pensantes, Carlos Tarque y Ricardo Ruiperez, el duo perfecto a las que se suman algunas aportaciones siempre acertadas de Carlos Raya.
A los murcianos ya tras varios años, poco les importa que sus canciones suenen en la radio o no, lejos queda la Carolina o el Llamando a la tierra de turno.
Desde su anterior disco Memorias de un espantapájaros se han centrado en hacer buenas canciones, con buenos textos, su éxito esta en la madurez del sonido para ser escuchado sin prisas y con la calma necesaria.
Tarque tiene en la voz su mejor arma, con ella nos encandila con distintos registros con el añadido de una nueva manera de escribir las letras de las canciones, más sentidas y más desnudas.
Para no ver el final nos muestra las influencias de la banda con el rock fusionado por el soul y el blues.
Así nos encontramos con canciones que desprenden rock energico, (Calle sin luz) , instrumentos de metal que tienen un gran protagonismo a lo largo del álbum y que le dan ese aire de soul (Para no ver el final, Me voy a dejar llevar, Ahora). Momentos para la melancolía y la oscuridad (Desesperación por verte o Hasta que se acostumbre la oscuridad) con algún sólo de guitarra que quita el hipo.
Y la que es la mejor canción del disco Basta de blues, cantado y tocado con exquisitez.
El sello de Carlos Raya queda fijado en la canción que cierra el álbum, elegante, sencilla y acústica (Gracias por los días que vendrán)
M Clan ha vuelto hacer otro gran disco, que a buen seguro va estar entre los mejores del año. Su apuesta por el rock sigue vigente, y afortunadamente tienen cuerda para rato.
A los murcianos ya tras varios años, poco les importa que sus canciones suenen en la radio o no, lejos queda la Carolina o el Llamando a la tierra de turno.
Desde su anterior disco Memorias de un espantapájaros se han centrado en hacer buenas canciones, con buenos textos, su éxito esta en la madurez del sonido para ser escuchado sin prisas y con la calma necesaria.
Tarque tiene en la voz su mejor arma, con ella nos encandila con distintos registros con el añadido de una nueva manera de escribir las letras de las canciones, más sentidas y más desnudas.
Para no ver el final nos muestra las influencias de la banda con el rock fusionado por el soul y el blues.
Así nos encontramos con canciones que desprenden rock energico, (Calle sin luz) , instrumentos de metal que tienen un gran protagonismo a lo largo del álbum y que le dan ese aire de soul (Para no ver el final, Me voy a dejar llevar, Ahora). Momentos para la melancolía y la oscuridad (Desesperación por verte o Hasta que se acostumbre la oscuridad) con algún sólo de guitarra que quita el hipo.
Y la que es la mejor canción del disco Basta de blues, cantado y tocado con exquisitez.
El sello de Carlos Raya queda fijado en la canción que cierra el álbum, elegante, sencilla y acústica (Gracias por los días que vendrán)
M Clan ha vuelto hacer otro gran disco, que a buen seguro va estar entre los mejores del año. Su apuesta por el rock sigue vigente, y afortunadamente tienen cuerda para rato.
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